La residencia de Matalascañas se convierte en una alternativa de vacaciones para 400 personas

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La residencia de Matalascañas se convierte en una alternativa de vacaciones para 400 personas

#Políticas de Mayores #Ciudadanía 13/09/2022

El programa de vacaciones de verano en Matalascañas ha vuelto este verano para la ciudadanía de San Juan de Aznalfarache. Después de dos años ha sido necesario realizar una importante inversión, algo más de 100.000 euros para poner a punto el “chalet” de propiedad municipal en Matalascañas. A primeros de agosto comenzó a funcionar el servicio y desde ese días serán unos 400 vecinos y vecinas de la localidad los que disfruten de unos días de descanso a un precio muy asequible. Algunos de ellos nos cuentan su experiencia.

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Llegamos un poco antes del mediodía y Laura, una de las encargadas de la limpieza de las instalaciones nos avisa de que ya se han ido la mayor parte de las personas que han disfrutado de cinco días de descanso. «Muchos venían en coches particulares y se han ido pronto a casa y los que vienen de fin de semana no han llegado todavía». Huele a limpio en la planta más alta. Estamos preparando las habitaciones para sus nuevas ocupantes.

Las habitaciones de la segunda planta las está haciendo Ramón. Que dentro de un rato estará tendiendo las sábanas recién lavadas.

En la segunda planta, empiezan a llegar olores que alimentan. Sospechamos que hoy están preparando arroz para el almuerzo. Rocío y Paqui se afanan en los preparativos de una paella de maricos. Están pelando las gambas. Aunque Rocío asegura que «nos han felicitado mucho por una comida muy sencillita que es la carne en Salsa, pero que ha gustado».

«Normalmente tenemos un menú de primero y segundo», explica Paqui, una de las cocineras del chalet, «hoy por ejemplo (viernes 9 de septiembre) tenemos paella y un gazpachito divino de la muerte. Y esta noche unos tomatitos aliñados y una pescada. Y así cada día, un menú diferente». Rocío cuenta también que «recibimos un listado con las alergias o los menús especiales que tengamos que elaborar para las personas que vienen. Eso nos lo envían desde el Ayuntamiento»

El arroz no lo probamos, pero tal y como olía, casi podemos asegurar que estaba rico, rico. En la terraza, con vistas al mar, a la sombra, tres de los pocos residentes de esta semana que aún no se han marchado se relajan después de un paseo matinal. Manuel, Dolores y José Manuel. Se ve que durante estos días han desarrollado complicidades. Los tres le cuentas a la delegada de Mayores cómo han vivido estos días.

Manuel es un vecino de la calle Logroño, aunque antes había vivido en Manises, la calle. Fue fresador aunque lleva ya varios años disfrutando de la jubilación. Es un hombre tranquilo, al que no parece gustarle mucho que le hagamos fotos ni vídeo, quizás por qué una muela le ha dado la lata durante toda esta semana. José Manuel vive en la calle Chile y hace poco que se jubiló en el Ayuntamiento. Él está disfrutando y hasta posa melancólicamente con el mar de fondo.

Los dos han dado largos paseos por la mañana, «hasta Caño Guerrero y volver», por lo menos 10 kilómetros todos los días. Un baño, la comida y la siesta, eso sí, no la perdonamos. También Paco, vecino de la calle Trafalgar, pintor de profesión, aunque también retirado, ha sido un asiduo paseante con este grupo. De hecho, hoy se incorpora algo más tarde a la tertulia porque había alargado el paseo.

Y Dolores, la única mujer de esta reunión, que de no querer contar nada con la cámara delante pasa a acaparar la charla con la concejal de Políticas de mayores, Inmaculada Serrano, que ha venido a interersarse por el funcionamiento del programa de vacaciones en esta recta final del mismo. Dolores vive en la Cooperativa en la calle Jerez de la Frontera y está encantada con estos días. Ella también ha paseado, y ha cantado sevillanas, y buscando almejas. Hasta te cuenta, con cierta guasa mal disimulada, que su hijo está en Inglaterra porque tiene que ir al entierro de la reina.

Todos aseguran que presumen de su pueblo y a «la gente le llama la atención cuando contamos que estamos alojados en el chalet del Ayuntamiento». También los trabajadores y trabajadoras de la Cooperativa Osset presumen de pueblo. En sus camisetas de trabajo lucen un elocuente lema Orgullo de ser sanjuanero.

Mientras estos vecinos esperan que el autobús los devuelva a San Juan por la tarde, las nuevas inquilinas ya han llegado, por sus propios medios. Este fin de semana es el turno de la asociación Fibroaljarafe y vienen con ganas de pasarlo bien. A pesar de que la enfermedad a veces nos les permite demasiados jaleos, ellas se ponen el mundo por montera y eligen disfrutar. Y en eso estaban cuando nos marchamos. Preparándose para ir un rato a la playa antes de la hora de la comida.

Las bulliciosas asociadas de Fibroaljarafe han centrado el protagonismo, pero en su mesa de tertulia, Manuel, José Manuel, Paco y Dolores, se ofrecen para mantener el chalet durante el invierno. Nosotros sabemos hacer de todo, dicen.

El que más claro lo tiene es José Manuel, que no duda en pedir plaza ya para el próximo verano.