Capilla de Ntra. Sra. del Rosario

CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

La Capilla de Rosario está situada en la calle Real del municipio. Es del aó 1411 la primera referencia histórica que se tiene de que ya existía en el lugar un templo religioso que evitaba a los sanjuaneros tener que subir a la iglesia parroquial de San Juan Bautista, cuando ésta se encontraba situada en el cerro del Monumento.

    La Capilla, del siglo XVIII, es de una sola nave dividida en tres tramos. El Altar Mayor es cuadrado y está dedicado a la Virgen del Rosario, obra del siglo XVIII, atribuída a Cristóbal Ramos. La Capilla está cubierta con bóveda que descansa en arcos de medio punto, con portada de estilo barroco. Dicha portada está enmarcada por óculo lobulado en el tímpano y espadaña elevada. A ambos lados de la puerta, sendos azulejos que representan a la Virgen del Rocío, de don José Gutiérrez Rodríguez a la izquierda, y la Virgen de la Merced  a la derecha, procedente del convento mercedario de San Cayetano. Éste último está actualmente retirado para su restauración.

 

   Cuenta también la Capilla con una copia en miniatura de la Virgen del Amparo, que hay en la Iglesia de la Magdalena y la regaló a la Hermandad. Donó igualmente diverso ajuar para la imagen, pero la dejó tan bien ataviada, que hace más de un siglo y medio que no se saca de su hornacina de cristal.

    Durante la segunda República, son conocidas las persecuciones religiosas, y la capilla fue desalojada y convertida en Centro del Frente Popular. Cuando se produjo el asalto, avisaron a la entonces Hermana Mayor, doña Rosario Domínguez Sánchez, preguntándole si quería conservar “los santos”. Su marido, don Antonio Olmedo, puso unos camiones y trabajadores para trasladar lo que pudieron desde la Capilla hasta su casa. En su oratorio privado quedaron: la Virgen del Rosario, el relieve de la Santísima Trinidad y los Ángeles lampareros. Otros muchos, sin embargo, acabaron en un corral y se utilizaron como leña.

En octubre de 1936 la Virgen volvió a la Capilla para un Triduo, pero la guerra había dejado a la Hermandad sin dinero y permaneció cerrada hasta que en 1947, sirvió para albergar a muchas familias del barrio Manchón que se quedaron sin hogar tras las grandes avenidas del río Guadalquivir. Tras reubicar a las familias en otros terrenos del pueblo, volvió a intentarse nuevamente acometer las obras de reconstrucción de la Capilla; pero la persona encargada de dicha obra, al no haber entendimiento con la Hermandad, convirtió el lugar en polvero. Aunque se trasladó a otro sitio, permaneció en su poder la llave de la capilla y tardaron muchos años en cambiar las cosas.

    En 1953, tras reorganizarse la Hermandad y tras 16 años de ausencia de la Virgen del Rosario, volvió a su Capilla, restaurada por la Hermandad. Destacaron por su labor y dedicación, don José Gutiérrez Rodríguez y don José Jiménez, que también decoraron el Sagrario de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, de 1929.

    En 1981, la Hermandad decidió reconstruir el retablo Mayor con datos del antiguo que había desaparecido en los años 30; y es con proyecto de Antonio Díaz, tallista y dorador, con quien se consigue un acuerdo por un millón y medio de pesetas.

    En 1984 se bendijo el Altar Mayor, añadiendo el relieve de la Santísima Trinidad y las imágenes de San Joaquín y Santa Ana, que se habían mantenido en poder de la Hermandad.

    También podemos ver hoy en la Capilla, la Virgen de la Merced, del siglo XVIII, así como un altar grecorromano con Nazareno con brazos articulados y un San Francisco próximo al presbiterio, de mediados del siglo XVIII.